Imagino garabatos de tinta negra, se transforman una vez y otra vez. Pero mi lápiz no los dibuja...
La tinta se hace más y más densa, hasta formar un gran charco negro. Tengo miedo de que en sueños me ahogue en él, o que amanezca con las yemas de mis dedos oscuros y mojados.
1 comentario:
Le quedó bonito aquello. ¿Complejo de calamar, quizás?
Saludando me ando.
Publicar un comentario